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16 de marzo de 2015
La otra noche en Telecinco, la dama del broche dijo, dos veces al menos, que si estuviera en su mano derogaría, eliminaría la Ley de Memoria Histórica; esa ley que el gobierno del PP nunca ha cumplido ni hecho cumplir y a la que Rajoy dejó sin presupuesto nada más llegar a su palacio de La Moncloa. Unas declaraciones que no le deberían salir gratis. Isabel San Sebastian, sentada enfrente, ser revolvía de gozo en su silla, para ella solo existen las victimas de ETA, las derivadas de la guerra civil y del franquismo parecen ser efectos colaterales de una gran Cruzada.
Aguirre debería explicar con argumentos sólidos los motivos que tiene para que una Ley, sea la que sea, aprobada en un parlamento democrático deba ser borrada del mapa. Si como es el caso hablamos de una ley cuyo fin principal es hacer justicia a unos cuantos cientos de miles de españoles, la postura de esta señora chirría en los odios de cualquier demócrata y a los familiares de las víctimas nos provoca, sobre todo, asco. Quizás Aguirre tenga pensado, si llega a ser alcaldesa de Madrid y una vez derogada la Ley por el Gobierno, emprender un maratoniano cambio de los nombres de las calles y plazas de la capital para que los insignes asesinos franquistas vuelvan a darles nombre. Hablando de Aguirre todo es posible. Hasta puede que el madrileño Paseo de la Castellana vuelva a denominarse la Avenida del Generalísimo y las estatuas ecuestres del dictador, que por cierto era del arma de Infantería y poco o nada montó a caballo, sean rescatadas de los depósitos municipales para ser colocadas en alguna plaza o en alguna rotonda. O quizás lo que Aguirre pretende, simple y llanamente, es silenciar una vez más las voces de aquellos que solo persiguen dignificar la memoria de sus antepasados. Teniendo en cuenta que estamos en plena pre-campaña electoral, al hacer estas manifestaciones Aguirre intuye que mantendrá los votos de aquellos nostálgicos del franquismo que hoy coquetean con Vox. Para rematar la oferta ultraconservadora, la candidata desfila orgullosa junto a los detractores del aborto.
Dejando a un lado la vertiente económica del liberalismo, y centrándonos en su esencia política, ese liberalismo del que tanto presume Aguirre, debería recordar esta señora que unas de las principales bases en las que se sustenta la opción liberal son la defensa de las libertades civiles y la oposición frontal a cualquier clase de despotismo, según esto y a la vista de su trayectoria la candidata Aguirre tiene de liberal lo mismo que Fernando VII.
La Ley de Memoria Histórica adolece de muchos defectos y sus lagunas son muchas e importantes, quizás demasiadas bajo mi punto de vista, pero es lo único que tienen hoy las familias de las victimas de la Guerra Civil y del franquismo para al menos poder dignificar la memoria de sus antepasados y para intentar evitar que los nombres de sus asesinos sigan figurando en la dirección postal de sus domicilios. Una ley a la cual Rajoy prometió abolir cuando estaba en campaña electoral, al igual que hoy manifiesta Aguirre. Rajoy la mantuvo pero la dejó sin presupuesto económico, ahora Aguirre quisiera ir más lejos y borrarla de nuestro ordenamiento jurídico. Está claro que no existen motivos económicos para su destrucción, las razones para tal despropósito hay que buscarlas ni más ni menos que en el testamento politico del dictador Franco:
"...No olvidéis que los enemigos de España y de la civilización cristiana están alerta".
igual de claro que para Esperanza Aguirre aquellos que no comulgan con su absolutismo no son otra cosa que enemigos de España, adoradores de Marx, de Chavez, de Castro....confabulados bajo la dirección de un renovado Lucifer para construir un muro en los Pirineos y un puente colgante hasta Irak con escala en Grecia.
Ahora es a los indecisos, a esa parte de la ciudadanía que aún piensa que el Partido Popular es un partido de centro-derecha, a los que les toca aclarar sus ideas antes de ir a votar. El PP nunca ha sido un partido de centro, ni de centro derecha, ni de centro nada, ha representado y representa a la derecha más rancia y sus filas están repletas de franquistas, pseudo-franquistas y franquistas de nuevo cuño Mientras que en el panorama politico español no existía otro partido de derechas que pudiera arrebatarle los votos de los radicales y los ultra-católicos el PP ha ocultado su esencia, ha evitado que sus verdaderos propósitos fueran explícitos, ahora que Vox engrosa sus filas con militantes populares, el partido de Aguirre enseña sus verdaderas cartas y hasta quiere parecer más de derechas que el propio Vox, vano intento cuando todos sabemos, o deberiamos saber, que tanto Vox como el Partido Popular son dos patas del mismo banco, las dos patas restantes son la Monarquía y la Iglesia Católica. Un banco al que la Memoria Histórica amenaza con despojar de su engañoso barniz dejando así al descubierto su verdadera esencia. Y claro, Aguirre condesa y Grande de España esto no lo puede permitir.
Vargas Llosa escribió en El Pais, en 2012: "La vamos a echar mucho de menos. Todos". Que equivocado estaba don Mario, Aguirre ni se ha retirado de la política, ni ha dejado de ser noticia. Lo de "Todos" debe de tratarse de un error de imprenta, digo yo.
Benito Sacaluga
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