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A Laracha ultima los trámites para eliminar del callejero a Carrero Blanco y Coirós accede a retirar la cruz de los caídos y la placa del Generalísimo, pero sin fijar una fecha
Antares Pérez A Coruña 04.05.2015 | 17:49
Cruz de los caídos en Coirós e Irixoa (dcha.) y placa de Carrero Blanco en Caión (arriba). víctor echave / l.o.
"Se cumplirá a rajatabla con lo que ordena la ley de la memoria histórica, pero se hará en el momento que se considere oportuno". El alcalde de A Laracha, el popular José Manuel López Varela, respondía así en 2009 tras ordenar reponer las placas de la avenida Carrero Blanco que un grupo de vecinos habían retirado de madrugada para reivindicar un callejero sin huellas franquistas.
Ha pasado más de un lustro y A Laracha todavía mantiene las honras al presidente del gobierno durante la etapa final de la dictadura. Tras remolonear durante años, el Concello tiene prácticamente cerrado el acuerdo suscrito en 2013 para renovar el callejero, aunque es más que probable que Carrero Blanco conserve sus honores hasta principios del próximo mandato.
El Gobierno larachés ya retiró la placa del Generalísimo de la Praza do Concello y en breve descolgará la que honra al almirante franquista en Caión. Otros concellos se lo toman con más calma. El Concello de Coirós ha aprobado en la recta final del mandato una moción del BNG para retirar el monumento a los caídos ubicado a escasos metros del Ayuntamiento y una placa al Generalísimo que todavía conserva en la fachada de la Casa Consistorial.
El alcalde, el popular Francisco Quintela, se ha comprometido ahora a eliminar la simbología franquista, pero sin fijar un plazo concreto. A consulta de este diario, un portavoz municipal admite que es más que probable que los trabajos no arranquen hasta la próxima legislatura. "Queremos aprovechar para arreglar la plaza", explica.
El acuerdo plenario para retirar la simbología franquista llegó prácticamente al tiempo que la denuncia contra el alcalde interpuesta por el abogado madrileño Eduardo Ranz, que se ha querellado ya con más de sesenta regidores de toda España por sus reticencias a retirar la simbología franquista. Este letrado pide que Francisco Quintela, al igual que el resto de los alcaldes señalados, sea condenado por un delito de desobediencia y denegación de auxilio y una falta de orden público. Eduardo Ranz ha denunciado también al Arzobispado de Santiago por mantener una cruz en homenaje a los caídos en el entorno de la iglesia de Santa María de Ois.
No solo los gobiernos del PP han remoloneado a la hora de retirar la simbología franquista de sus calles. Al de Betanzos, gobernado por el PSOE, le ha llevado lo suyo cumplir la ley de memoria histórica y retirar al dictador Francisco Franco los títulos de Hijo Adoptivo y Medalla de Oro.
El pleno acordó a mediados de 2014, ya pasado el ecuador del mandato, retirar las honras a Francisco Franco, Fernando Fuentes Villavencio, Ramón Ferreiro Rodríguez, José Antonio Girón de Velasco, Blas Pérez González, Carlos María Rodríguez Valcárcel, Ramón Laporta Girón, José Luis Solís Ruiz y Julio Pérez Salas.
La medida fue tachada de insuficiente por el BNG y también por el abogado Eduardo Ranz, que ha interpuesto también una querella contra el alcalde, Ramón García, por desobediencia y denegación de auxilio por dedicar calles a Emilio Romay y al Alcalde Tomás Dapena y honores y distinciones a Emilio Romay Montoto, Nicolás Arias Andreu, Juan de Contreras, Rafael González Gallego, Cristino García Alfonso, Tomás Dapena Espinosa, José Fariña Ferreño, Juan Jesús García Iribarne o Constantino Lobo Montero. El Ejecutivo cuestiona la vinculación con el franquismo de varios de los personajes mencionados por el letrado y alega que fueron los técnicos y expertos reunidos en la comisión del nomenclátor los que decidieron los honores que debía retirarse para cumplir la ley.
Hay otros concellos que aún conservan vestigios del franquismo. En varias fuentes aún puede verse el yugo y las flechas e Irixoa mantiene una cruz por los caídos en el entorno de la iglesia que fue recientemente blanco de los vándalos. El Ayuntamiento de A Coruña mantiene el 70% de los símbolos franquistas que aprobó retirar hace cinco años. Considera que no es urgente.
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