Plaza Mayor de Alovera (Guadalajara). 3 de mayo GALERÍA FOTOGRÁFICA
Homenaje en Alovera a Victoriano Sanchez Moreno, deportado alcarreño muerto en el campo nazi de Gusen Mauthausen
Homenaje a los deportados de Guadalajara a los campos nazis en Alovera
Organizado por: Foro Memoria Guadalajara, Izquierda Unida Alovera, Círculo Podemos Alovera, Amical Mauthausen
Discurso de Concha Díaz (Amical Mauthausen)
Amigas y amigos,
Nuestra solidaridad con este acto y agradecer a cuantas personas lo han hecho posible. Un acto de merecido y justo reconocimiento a las víctimas republicanas del nazismo. Alrededor de 10.000 mujeres y hombres fueron deportados a los campos de concentración nazis, entre ellas, se hallaba un ciudadano de Alovera: Victoriano Sánchez Moreno.
Hay que recordar la singularidad del colectivo republicano, de unas víctimas que sufrieron su atroz destino por la triple complicidad entre el régimen nacionalsocialista alemán, el Gobierno colaboracionista de Vichy y la dictadura de Franco; y que se suman a la interminable lista de víctimas del franquismo: en su condición de exiliados, abandonados a manos de la Gestapo por intervención directa del Gobierno español, de proscritos después de la liberación y de perseguidos en su regreso a España, cuando algunos de los supervivientes lo hicieron.
En otros escenarios, y especialmente en Alemania, en el contexto cultural y político de las décadas de los sesenta y setenta acaecieron cambios significativos que superaron el cultivo del olvido y la tentación del año cero que se produjo al finalizar la IIGM. Cambios que derivaron en esfuerzos por transmitir y reconocer su pasado nazi y que impulsaron iniciativas desde los ámbitos políticos, académicos, educativos o culturales.
En nuestro país, por las razones bien conocidas de las características de la Transición, quedaron no tan sólo descartados el conocimiento, el análisis y la crítica del pasado franquista, sino también cualquier rendición de cuentas. Pero el precio de aquellas carencias ahora se muestra con toda su crudeza, especialmente porque las servidumbres del régimen dictatorial no sólo tiñen y enturbian los debates, sino porque sigue pendiente la rendición de cuentas, sobre lo que se ocultó e incluso negó, entre muchas cosas y, en el caso de los deportados republicanos, hacer público:
el oscuro papel de algunas instituciones en su tragedia,
dar a conocer nombres y trayectorias de responsables de la misma y
explicar las políticas de protección a nazis huidos de la justicia que pudieron enriquecerse durante décadas en España a partir de entramados empresariales y ministeriales.
Las víctimas del nazismo y del franquismo son inherentes a nuestro bagaje cultural, en la medida que ningún ciudadano nace en el vacío, sino que se desarrolla y se socializa en un devenir histórico, en un pasado de larga duración.
Porque hay que repetirlo tantas veces como sea necesario: los republicanos deportados a los campos de concentración nazis lo fueron por su condición de luchadores antifascistas al oponerse al golpe de estado perpetrado contra el gobierno legítimo de la República española, lo cual les llevó a la derrota y al exilio. En el exilio, y porque sabían cual era el enemigo común se enfrentaron, sin dudarlo, al nazismo, de quien ya habían conocido el peligro que suponía para las libertades personales y colectivas. Su suerte, por tanto, no fue consecuencia de un conflicto ajeno al que se dirimió en territorio español durante la Guerra de España como pretenden, de forma interesada, las interpretaciones de amplios sectores de nuestra sociedad. En absoluto.
Recordarlos hoy, desde una perspectiva democrática, exige, por justicia, respeto y coherencia, condenar las circunstancias que les arrastraron a la deportación y, entre ellas, la condena clara y rotunda del franquismo.
El 25 agosto 2014, en el 70 aniversario de la liberación de París, el presidente Hollande dijo “para que todo cambie no hay que borrar nada”.
Estamos en 2015:
- 70 años de la liberación de los campos nazis y el final de la IIGM y por tanto la victoria contra el nazismo,
- 75 años de los primeros y masivos internamientos de los republicanos antifascistas en Mauthausen, a los que seguirían otros miles a lo largo de 1941 y, de forma escalonada hasta 1944,
- 40 años transcurridos desde la muerte del dictador.
El Estado español tiene la ocasión histórica de honrar la memoria de los luchadores por la libertad que parecen haber sido “borrados” de la historia de España. Seguimos exigiendo para el colectivo republicano deportado:
1.- que el Estado español pida perdón y asuma su responsabilidad, lo que han hecho otras democracias con pasados parecidos al nuestro.
2.- el reconocimiento jurídico como víctimas con las reparaciones morales, económicas, etc., según establece el derecho penal internacional porque sin el reconocimiento jurídico las víctimas no existen.
3.- incorporar en el contexto político, social, cultural, educativo de nuestra sociedad la lección de sufrimiento de la deportación republicana y la aportación de los republicanos españoles en la victoria contra el nazismo, para fortalecer nuestra democracia en igualdad de derechos, afrontar las violencias presentes y futuras que nos acechan y evitar lamentos inútiles por no haber aprendido la lección de quienes nos precedieron.
Por último, es bueno recuperar la actitud de rebeldía y de inconformismo de aquellas personas (jóvenes y no jóvenes) que no se amilanaron ante enemigos tan fuertes y poderosos que parecían invencibles. Su conciencia y beligerancia les reporto exilio, prisión, trabajo esclavo, tortura y, en muchas ocasiones, muerte, pero todos, hoy, somos deudores suyos.
Muchas gracias y un saludo fraternal de la Amical de Mauthausen.
Amical de Mauthausen y de otros campos y de todas las víctimas del nazismo de España. 3 Mayo 2015
Discurso de Arturo Peinado
En nombre de la Federación Estatal de Foros por la Memoria quiero expresar nuestro agradecimiento por haber sido invitados a participar en este acto de homenaje a los deportados, y en conmemoración del 70ºAniversario de la victoria sobre el fascismo. Es para nosotros un gran honor. Como sabréis, la Comisión Constitucional del Congreso ha aprobado el pasado martes 28 de abril, por unanimidad, una proposición no de ley que insta al Gobierno a reconocer como “héroes de la lucha por la libertad” a los republicanos que fueron hechos prisioneros por los nazis y estuvieron en campos de concentración como el de Mauthausen. Ciertamente, es un homenaje tan tardío e insuficiente como merecido.
Nos surge la pregunta de cómo es posible que la derecha española, tan refractaria a homenajear a los defensores de la legalidad democrática, ahora haya accedido a esta medida de reparación simbólica. ¿Porqué en este caso sí, y en otros casos de ninguna manera? En nuestra opinión, es que consideran que al haberse producido los crímenes en Austria o Alemania por los nazis, son algo ajeno a la responsabilidad del Estado español, y en consecuencia no han impedido el homenaje, como sí hacen invariablemente cuando se trata de las víctimas directas del franquismo. Pero en el caso de las víctimas españolas de los campos nazis, parten de una falacia histórica, porque está sobradamente demostrada la responsabilidad directa del régimen de Franco en la deportación, cautiverio y muerte de miles de ciudadanos españoles. Si nuestros compañeros lucían en los campos nazis el triángulo azul de los apátridas, es porque la dictadura, por decisión del entonces Ministro de exteriores de Serrano Suñer, les negó la nacionalidad española y los puso a disposición de la maquinaria de exterminio.
Los abogados de la Federación Estatal de Foros por la Memoria han estado personados en una querella de la Audiencia Nacional contra varios guardianes de campos de exterminio nazis. Por primera vez, deportados españoles a los campos de Mauthausen, Buchenwald y Sachsenhausen declararon ante la justicia española. Este procedimiento, a pesar de su cierre definitivo con las restricciones impuestas a la justicia universal, ha alcanzado algunos logros, como el reconocimiento por el auto del juez, de los republicanos españoles como una categoría de víctimas del sistema concentracionario nacionalsocialista, achacable a motivos políticos. La deportación y el asesinato de miles de republicanos entronca así, con el Holocausto y con la Solución final nazi. Esta semana también hemos visto cómo Alemania juzga por crímenes contra la humanidad (imprescriptibles) al contable de Auschwitz. Es la prueba de que un Estado realmente democrático no se conforma con un mero reconocimiento simbólico de las víctimas, sino que no renuncia a hacer justicia efectiva: es decir, llevar ante los tribunales a los verdugos y sus cómplices.
Tenemos el deber de recordar a nuestros compañeros y camaradas asesinados en los campos nazis, y exigir la preservación en la memoria colectiva de las causas y el sentido de su sacrificio. Pero no sólo de las víctimas de los nazis, también de las docenas de miles que padecieron las prisiones franquistas; los campos de concentración; los destacamentos de trabajo esclavo o las colonias penitenciarias. Habréis escuchado expresiones que han titulado libros y documentales, como “toda España era una cárcel” o “una inmensa prisión”. Es responsabilidad de la sociedad exigir, y de las organizaciones democráticas garantizar la pervivencia y el respeto a su memoria. También deberían asumir su responsabilidad financiando las políticas de reparación material y simbólica, las empresas herederas de aquellas que se beneficiaron del trabajo esclavo de los presos políticos durante el franquismo: Huarte, Banús, Fenosa, Entrecanales, Dragados, y tantas otras.
Si las víctimas tienen el derecho inalienable a ser recordadas, las sociedades y todos y cada uno de quienes las componemos tenemos DEBER de Memoria. Eso no sucede en este país, donde se puede ser formalmente demócrata sin ser antifascista, algo inconcebible en el resto de países de nuestro entorno. El 7-12-1941, los nazis emitieron el Decreto de Noche y Niebla para los enemigos políticos y raciales de los territorios ocupados: no sólo había que eliminarlos físicamente, sino destruir cualquier prueba de su pasada existencia. El fin último de nuestro trabajo debe ser impedir que los nazis y sus cómplices, como los fascistas españoles, puedan alcanzar la victoria definitiva más de 70 años después.
De ahí la importancia trascendental de conmemorar con actos como este, en recuerdo de las víctimas, la victoria total contra el fascismo, de recuperar la bandera roja ondeando sobre el Reichstag y a nuestros compatriotas de La Nueve desfilando por los Campos Elíseos. Esta es la lucha en la que estamos implicados, y de nuestra victoria o de nuestra derrota depende el futuro de todas y de todos. Contamos con vosotros, para luchar y para volver a vencer. Salud y República.
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