La Voz de Ronda
25.09.2015
MEMORIA/LLORANDO
Todos los años, el día 1 de Noviembre, hacemos un homenaje floral a
nuestros familiares asesinados por el fascismo. Durante muchos años hemos
ido individualmente, recelando de todo y de todos, hasta que algunos
familiares empezamos a hablar de hacerlo conjuntamente. No fue fácil y
tardamos varios años en constituirnos como asociación y hacer un
llamamiento público para que los familiares acudieran a la misma hora con
ramos de flores.
Poco a poco han ido acudiendo más familiares, conforme han ido perdiendo
parte del terror acumulado durante casi 80 años, con flores, con poesías,
con sus recuerdos, a veces distorsionados por la propaganda franquista, a
veces esperando que “nuestros” políticos cumplieran con su deber de
recuperar la verdad, la justicia y la reparación.
A veces me han preguntado que por qué hacemos el homenaje el día 1 de
Noviembre. Algunas personas nos han reprochado que lo hagamos ese día
siendo una fiesta religiosa. Siendo la explicación bien sencilla: durante
toda la vida los familiares de los fusilados-desaparecidos no sabíamos
qué había pasado, ni cuando, ni donde, no sabíamos nada oficialmente. Al
estilo de Esparta, los fascistas habían matado y hecho desaparecer a los
mejores hombres y mujeres de nuestro pueblo y no sabíamos cuando lo habían
hecho, ni donde, ni cuando.
Poco a poco y tiempo después, algunas familias se iban enterando de que
posiblemente hubieran sido fusilados en la tapia del cementerio y
arrojados a unas fosas en el campo colindante. Pero eran informaciones
tardías, imprecisas y ocultamente confidenciales por el gran riesgo que
suponía.
Ya he contado que mi abuela iba muy a menudo a las fosas llevándome de la
mano, recogiendo las florecillas que había por el campo y arrojándolas al
pasar disimuladamente por el sitio donde suponía que estaba mi abuelo.
Pero nunca supo qué día lo habían matado hasta que en 1980 yo conseguí un
certificado militar con la condena a muerte por “rebelión militar” de 44
rondeños el 14 de Marzo del 1937.
Pero para esas fechas ya se había adquirido la costumbre de muchos
familiares de ir el día 1 de Noviembre a depositar flores sobre la gran
losa de cemento que aparenta ser una sola fosa. Hay varios motivos para
que fuera así, siendo el primero el desconocimiento de saber qué día
asesinaron a tu familiar. El segundo era el miedo y la desconfianza a que
te vieran los gerifaltes del franquismo. El tercero es que tu presencia
en el cementerio pasaba desapercibida entre la multitud que todos los
años acude en esa fecha a recordar y llevar flores a sus antepasados.
Era y es una fecha propicia para que muchas familias emigradas a otros
lugares de la península o del extranjero vinieran a la fiesta de todos
los santos. Fiesta milenaria anterior el cristianismo que como tantas
otras la iglesia católica revistió de su falsa religiosidad para
apropiarse de ella y hacernos creer que nuestros sentimientos humanos
provenían de su divinidad.
Así este año de nuevo convocamos a todos los familiares para que traigan
sus flores y también velas rojas, como el año pasado, que encenderemos
durante el homenaje.
Aprovecho el final del escrito para informar de un acto importante que se
va a celebrar en Córdoba: La Plataforma Cordobesa por la Comisión de la
Verdad prevé proyectar el Lunes día 28 de Septiembre a las 19:00 el
documental “Dejadme llorar. El genocidio olvidado” dirigido por Jordi
Gordon. En él se recogen los testimonios de familiares desaparecidos por
la represión franquista con testimonio directo de las investigaciones del
historiador Francisco Moreno, asistiendo también asistirá el juez
Baltasar Garzón.
Francisco Pimentel
asociacionmemoriahistoricaronda@yahoo.es
facebook: Memoria Histórica de Ronda
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