Juan Negrín, presidente del Gobierno de la República, durante una visita al frente del Ebro en 1938. / Archivo Fundación Juan Negrín
Cristina Calandre Hoenigsfeld. LQSomos. Enero 2017
Acto de recuerdo en el Ateneo de Madrid del presidente Juan Negrín y para recordar lo que tenemos que hacer los republicanos.
El pasado día 22 de diciembre, tuvo lugar en el Ateneo de Madrid un homenaje a Juan Negrín López, gran científico y último Presidente de Gobierno de la República, con motivo de su fallecimiento, hace 60 años (1).
Moderado por Juan Iglesias, intervinieron la profesora Mirta Núñez Díaz-Balart, Miguel Pastrana y Joan Garcés. En el video de Youtube podemos ver las interesantes intervenciones que tuvieron lugar en el acto (2).
Quiero detenerme en la intervención de Joan Garcés, abogado, profesor, escritor (“Soberanos e Intervenidos”), y nombrado Premio Nobel alternativo en 1999.
Nos explicó los tres principios que el Dr. Negrín planteó para negociar la paz, antes de partir al exilio:
1.- Independencia de España.
2- El Pueblo español puede decidir sobre su forma de gobierno.
3- No habrá represalias.
Desgraciadamente, explicó el profesor Garcés, ninguno de estos tres principios se han cumplido.
El primero, el de la independencia de España, sigue sin resolverse, ya que al día de hoy, no solo tenemos a tropas extranjeras en nuestro territorio (se refiere a las bases de la OTAN), sino que tenemos además el escudo antimisiles (el que está en Rota), lugar al que irían dirigidos directamente, en caso de ataque, los misiles “del enemigo ruso”.
Carecemos también, con la moneda del euro, capacidad para dirigir nuestra política económica y, en caso de crisis, no se puede ni devaluar, ni hacer política monetaria, sujetos a la moneda europea.
En el segundo principio, el pueblo español sigue sin poder decidir su forma de gobierno, y tenemos impuesta esta Monarquía, que para nada es igual de querida y deseada como la que tienen los británicos.
Finalmente, en el tercer principio, hoy en día, 80 años después, siguen las represalias contra los republicanos vencidos en la Guerra de España (Guerra Civil Española), como se constata en la “NO” anulación de los consejos de guerra por parte del Tribunal Supremo, en los asesinados que siguen en las cunetas, en las desapariciones forzosas y en otras muchos delitos, consecuencia de la GCE.
En su intervención, Joan Garcés hizo una referencia al Cuerpo de Carabineros, y cómo el Dr. Negrín, nombró Director General a otro científico y médico amigo suyo, (no dijo el nombre, yo si lo digo, el Dr. Méndez), y de cómo cuando éste protestó, diciendo que él no quería esa responsabilidad, que era un científico, Negrín le contesto:
“Pues si usted conoce perfectamente el método científico, aplíquelo a su gestión”.
Y así fue, ese cuerpo de Carabineros funcionó perfectamente con grandes científicos (muchos de ellos pertenecientes a la Junta para ampliación de Estudios) como mi abuelo, el Dr. Luis Calandre Ibáñez, director del Hospital de Carabineros, situado en la Residencia de Estudiantes, donde se curó a cientos de milicianos de una grave epidemia de malaria desatada por los frentes de Madrid.
Por lo bien que cuidó de los edificios, fue nombrado por el Secretario de la Junta Para Ampliación de Estudios (JAE), subdelegado en Madrid, en octubre de 1938.
Caían tantas bombas nazi-fascistas, que la II República hizo construir un bunker, que todavía no ha sido reconocido, inventariado y protegido (3).
Esto sería otra prueba más de cómo sigue vigente la represalia a todo lo que tenga que ver con la II República, su patrimonio y de cómo si pueden, lo destruyen, como ha pasado con dicho bunker.
El Dr. Calandre y muchos otros millones de republicanos fue duramente represaliado por los franquistas, con tres consejos de guerra sumarísimos, cárcel, multa y además, a día de hoy, el Colegio de Médicos de Madrid, no quiere anular la sentencia que le impuso al depurarle, (de no ejercer la medicina por cinco años), “por curar demasiado rápido a los enfermos en el Hospital de Carabineros”, entre otras acusaciones.
Estos tres principios para la Paz, articulados por la II República y por parte del último Presidente del Gobierno republicano, el Dr. Negrín, siguen pendientes de que se cumplan, y nosotros tendremos que ocuparnos de hacerlos cumplir, cosa que debió hacerse en la Transición, hace 40 años, en 1977, pero se hizo todo lo contrario, liquidarlos.
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