El memorial, construido para albergar los restos de los demócratas represaliados durante la Guerra Civil, aparece cubierto de insultos y símbolos nazis
Imágenes del mausoleo del cementerio de Candeleda, que muestran su apariencia antes y después de ser atacado.
El mausoleo republicano de Candeleda (Ávila), donde está previsto que descansen los restos de más de un centenar vecinos del pueblo ejecutados por militares franquistas —de los cuales la mayoría aún sigue en las cunetas—, ha sido profanado con pintadas de símbolos nazis, falangistas e insultos a los represaliados.
Además de injurias y frases como "Heil Hitler" y "Viva España", los asaltantes han cubierto el monumento fúnebre de esvásticas y cruces gamadas, reconocidos símbolos del régimen nazi. Las dos placas conmemorativas, una que recuerda a los fusilados durante la represión franquista en la zona y otra que incluye unos versos del poeta Marcos Ana, también han sido cubiertos en gran parte con pintura negra.
El memorial, construido en 2010, ha sufrido ya dos ataques de este tipo sin que las autoridades hayan tomado medidas al respecto, según alertan desde el foro por la Memoria del Valle del Tiétar y la Vera. "Hemos puesto varias denuncias, y el hecho de que nadie haga nada irrita mucho", confiesa Mariano López, uno de los promotores del monumento. "Ya en la noche de las últimas elecciones municipales sufrió el primer atentado y fue también cubierto de pintura, de las que todavía hay restos, ya que no quisimos borrarlas del todo", comenta.
El memorial ha sufrido ya dos ataques sin que las autoridades hayan tomado medidas al respecto
El mausoleo ha estado rodeado de polémica desde antes de su presentación al público, ya que el alcalde socialista que dio los permisos para su construcción, Miguel Hernández, pidióque se retirase la 'Alegoría de la República', reproducida en uno de los muros porque, alegaba, provoca "división".
Cuando llegó el día de la inauguración, algunos vecinos de Candeleda se acercaron para abuchear a los promotores. "Nos gritaron rojos, asesinos, cantaron el 'Cara al sol', y después comenzaron a rezar y a invocar a Cristo Rey. Vinieron a meternos miedo", recuerda.
"La justicia aquí es como la del franquismo"
"No queremos que sigan enterrados como perros, queremos que descansen dignamente"
A pesar de los ataques, López advierte que no piensa abandonar la lucha por un mausoleo para las decenas de republicanos que aún continúan en las cunetas. "No queremos que sigan enterrados como perros, queremos que descansen dignamente", defiende.
"Desgraciadamente, esto fue y es en gran parte aún hoy zona nacional. Aquí lo estamos pasando muy mal, nos sentimos rodeados y vigilados, e incluso cuando pasamos al lado de algunos hacen comentarios de desprecio", asegura y, aunque admite que "han cambiado las cosas", cree que no ha sido así "en lo fundamental". "Ellos siguen teniendo el poder económico y político, los terratenientes son los mismos de entonces, y la justicia aquí es como la del franquismo", resume.
Pese a todo, López ha denunciado los hechos y ha conseguido arrancarle al teniente de alcalde la promesa de que iniciará una investigación sobre el asunto. "Es terrible, seguramente no sirva de nada, hay muchas posibilidades de que ni se molesten, pero tenemos que seguir intentándolo", lamenta.
La represión en Candeleda
Como con muchas otras localidades, la represión franquista se cebó con Candeleda, un pueblo de poco más de 5.000 habitantes. "Uno de los antiguos caciques del pueblo, al que llamaban el Tío Granizo, asesinó junto a una familia de falangistas a 37 vecinos de izquierda del pueblo y los enterraron hasta en cinco sitios diferentes de una de sus viñas", cuenta López.
"Uno de los caciques del pueblo asesinó a 37 vecinos del pueblo, a los que enterró en su propia viña"
El resto de ejecutados se encuentran dispersos por los alrededores del pueblo, en grupos de 5 a 10 personas. En total fueron 112 los ejecutados, la mayoría de los cuales aún sigue enterrados en cunetas. "Empezamos exhumando republicanos sin subvenciones y lo seguiremos haciendo con o sin ellas", promete López.
De momento, aunque tachado, aún se pueden leer en una de las placas los versos de Marcos Ana: "Si llegais ya tarde un día / y encontráis frío mi cuerpo / buscad en las soledades / del muro mi testamento: / al mundo le dejo todo, / lo que tengo y lo que siento, / lo que he sido entre los míos, / lo que soy, lo que sostengo: / una bandera sin llanto, / un amor, algunos versos...".
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