Y JOSÉ MANUEL GARDE UCAR, POR JOSÉ MARI BLANZAKO SESMA, FAMILIARES DE VÍCTIMAS - Martes, 6 de Noviembre de 2012 - Actualizado a las 05:11h
ANTES de que acabe este año de 2012, es decir, el del 76º aniversario del golpe militar de 1936, quisiéramos hacer un pequeño homenaje a varios tudelanos de pro y buenos republicanos.
Hace algún tiempo, no tanto, allá por noviembre de 1936, en la fría y dolorosa noche del 12 de noviembre, fueron ejecutados, y soterrados cerca de la localidad ribera de Fontellas, ocho tudelanos después de haberlos encarcelado, sometido a trabajos forzados, y humillados ante sus propios paisanos, todo ello, sin el juicio previo correspondiente.
Estos ocho demócratas, entre los que se encontraban dos concejales de Tudela del partido socialista, elegidos democráticamente para el Ayuntamiento de Tudela, eran: Manuel Úcar, Nicolás Jalle, Rodrigo Saine, Francisco Jacoste, Pablo Bermejo, José Sesma y los dos referidos concejales, Francisco Úcar Liñan y Juan Navarro Anguiano. En los años 50 fueron trasladados al cementerio católico de Tudela, después de no pocos problemas con las autoproclamadas autoridades políticas.
Estas personas, después de 76 años se encuentran en el olvido más absoluto y es hora de que sean tenidos en cuenta en la memoria colectiva y en la verdad para que la igualdad de las personas por las que ellos lucharon y la igualdad de las víctimas de cualquier tipo de violencia no sea solo un eslogan.
La dignidad del reconocimiento de las víctimas, se alcanza en la verdad y en el reconocimiento de todas ellas, basado todo ello en la igualdad de las personas. La reconciliación social no se puede sustentar más que en borrar la diferencia entre vencedores y vencidos, máxime cuando hablamos de personas que dieron su vida por un sistema político como la República, legalmente constituida.
Aún en julio de 2011, los partidos políticos UPN y PP rechazaron que el Pleno del Ayuntamiento de Tudela recordara y homenajeara la memoria de los dos ediles tudelanos asesinados en el 36.
Esta derecha que no reconoce la Ley de Memoria Histórica, hace que en localidades riberas se siga sin cumplir la norma de los símbolos franquistas y se niega a dar su voto para suprimir la condición de hijo adoptivo al generalísimo Franco en Tudela.
Todavía no se ha pedido perdón por la masacre de Gernika de hace 75 años y no han consentido apoyar la creación del Parque de la Memoria de Sartaguda, que ha sido erigido a pesar de su falta de colaboración.
Sin embargo, no se trata de abrir heridas sino de reclamar una vez más el reconocimiento de aquellos hombres y mujeres que dieron todo, hasta su vida, por sus ideas y por la defensa de la legalidad. Es una ocasión para recordar a la ciudadanía tudelana que sigue habiendo víctimas, a las que ni tan siquiera se les ha pedido perdón, a las que no se les ha reconocido, a las que no se ha reparado, y que siguen siendo ignoradas por organismos oficiales, políticos y grupos mediáticos. Somos varias las familias que recordamos a nuestros seres queridos hechos desaparecer en aquella fatídica noche.
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