Primera versión.
CNT-FAI. Milicias Antifascistas,
Columna Durruti, Cuartel General.
Al
proletariado de la Unión Soviética
Compañeros, aprovecho esta oportunidad para enviaros fraternales
saludos desde el frente de Aragón, donde miles de vuestros hermanos luchan,
como vosotros veinte años atrás por la liberación de nuestra clase, oprimida y
humillada durante siglos. Hace veinte años, los obreros de Rusia enarbolaron en
Oriente la bandera roja, símbolo de la hermandad internacional de los
trabajadores. Vosotros habéis puesto vuestras esperanzas en la clase obrera
internacional, confiando en que ellos os ayudarían en la gran obra que habíais
iniciado. Los trabajadores del mundo no os traicionaron, sino que os ayudaron
todo lo que pudieron.
Hoy ha nacido en Occidente una nueva revolución y se vuelve a
desplegar la misma bandera que representa nuestro ideal común y victorioso. La
fraternidad une a nuestros pueblos largamente oprimidos, el uno por el zarismo
y el otro por una despótica monarquía. Confiamos en vosotros, los obreros de la
URSS, para la defensa de nuestra revolución. No podemos fiarnos de los
políticos que se llaman antifascistas y demócratas. Sólo creemos en nuestros
hermanos de clase.
Solo los obreros pueden defender la revolución española, así
como nosotros luchamos por la rusa hace veinte años. Creednos. Somos obreros
como vosotros. En ningún caso renunciaremos a nuestros principios ni
deshonraremos los símbolos del proletariado, las herramientas de nuestro
trabajo, la hoz y el martillo.
Saludos de todos los que combaten en el frente de Aragón, arma
en mano, contra el fascismo.
Vuestro
compañero B. Durruti.
Osera,
22 de octubre de 1936
Segunda versión.
A los obreros rusos:
En Rusia viven numerosos revolucionarios internacionales que
sienten y piensan como nosotros. Pero no son libres. Se hallan en celdas, en
cárceles políticas y en campos de trabajos forzados. Muchos de ellos han
exigido expresamente que los pusieran en libertad para luchar en España, en
primera línea, contra el enemigo común. El proletariado internacional no puede
comprender por qué están detenidos esos compañeros. Tampoco comprendemos por
qué los refuerzos y las armas que Rusia se dispone a enviar a España son objeto
de un regateo político que comporta la renuncia de los revolucionarios
españoles a su libertad de acción.
La revolución española debe seguir un curso diferente al de la
Revolución Rusa. No debe desarrollarse bajo la consigna: «Un partido al poder y
los demás a la cárcel.»
Debe procurar por el contrario la victoria del único lema que
favorece verdaderamente al frente único y no lo rebaja a un engaño: «Todas las
tendencias al trabajo, todas las tendencias al combate contra el enemigo común.
¡Y el pueblo decidirá qué régimen le conviene!»
Vuestro
compañero B. Durruti.
Osera,
22 de octubre de 1936.
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