http://www.madridiario.es/2012/Noviembre/suceso/sucesos_madrid/223797/sor-maria-bebes-robados-audiencia-madrid.htmlml
02-11-2012 - MDO/EP - Fotografías: EFE
Una madre afectada por el caso de los bebés robados ha declarado que una monja que respondía al nombre de sor María le dijo que su hijo aún vivía cuando nació, pero la hoja del parto apuntaba lo contrario.
Felisa, afectada del caso de los bebés robados, interpuso hace un año una denuncia ante la Fiscalía General del Estado para denunciar su caso, que fue archivado. Ahora, la Audiencia Nacional de Madrid ha ordenado su reapertura al estimar que los delitos de detención ilegal y suposición al parto, no estaban prescritos, de manera que las órdenes del Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid que emitió el auto, quedan revocados.
Felisa vio a la monja después del parto, pero no sabe si era María Gómez Valbuena, sor María. "Si han hecho algo, ahora lo tendrán que pagar", ha declarado Felisa a su salida del juzgado este viernes.
Los hechos ocurrieron el 20 de mayo de 1978 en la Casa de la Madre, situada en la calle Goya de Madrid. Según el fallo, Felisa dio a luz y, dos horas después del alumbramiento, una monja llamada sor María le comunicó al padre que el bebé había fallecido y convenció a los padres para que no vieran el cuerpo del bebé.
Según la Audiencia Provincial, se produjeron una serie de circunstancias que hacen sospechar la existencia de una sustracción del recién nacido y la entrega a terceros, como una serie de irregularidades en la licencia de enterramiento o que el bebé tenía ocho meses cuando realmente tenía nueve.
Felisa vio a la monja después del parto, pero no sabe si era María Gómez Valbuena, sor María. "Si han hecho algo, ahora lo tendrán que pagar", ha declarado Felisa a su salida del juzgado este viernes.
Los hechos ocurrieron el 20 de mayo de 1978 en la Casa de la Madre, situada en la calle Goya de Madrid. Según el fallo, Felisa dio a luz y, dos horas después del alumbramiento, una monja llamada sor María le comunicó al padre que el bebé había fallecido y convenció a los padres para que no vieran el cuerpo del bebé.
Según la Audiencia Provincial, se produjeron una serie de circunstancias que hacen sospechar la existencia de una sustracción del recién nacido y la entrega a terceros, como una serie de irregularidades en la licencia de enterramiento o que el bebé tenía ocho meses cuando realmente tenía nueve.
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