https://radiorecuperandomemoria.com/2016/07/13/episodios-hacia-un-golpe-de-estado-13/
En febrero del 36 el Frente Popular, candidatura de partidos obreros y pequeño burgueses de izquierdas, ganó las elecciones. Esto no gustó nada a la derecha, a los jerarcas de la Iglesia y del Ejército, ni a los terratenientes, que no querían volver al periodo republicano-socialista, donde unas tímidas reformas sociales fueron contestadas con furia por los grandes poderes económicos y sociales. Viendo que por la vía de las elecciones no conseguían sus objetivos de acabar con la República y la resistencia obrera, decidieron pasar a la acción. Primero, provocar el desorden con la “dialéctica de los puños” como defendían los falangistas, para así provocar un alzamiento militar preparado con antelación.
Dicho desorden provocado por los fascistas tuvo el 12 de julio una trágica consecuencia: el asesinato por parte de pistoleros de la Falange del teniente de la Guardia de Asalto republicana José Castillo.
José del Castillo Sáenz de Tejada nació en Alcalá la Real un 29 de junio de 1901. Era hijo de Valeriano del Castillo, un importante abogado de reconocidas ideas liberales. Su madre descendía de una destacada familia aristocrática de raíces vascas, la de los Condes de Ripalda, y mantenía parentesco con Doña Concepción Sáenz de Tejada, madre de Don Jaime de Marichalar. Otras fuentes aseguran que por esta misma línea materna emparentaba con José Antonio Primo de Rivera Sáenz de Heredia, fundador de la Falange Española e hijo del general del mismo apellido.
Estudia el bachillerato en Granada, en el mismo colegio en el que lo hizo Federico García Lorca. Ingresó en la Academia de Infantería de Toledo en 1919, en la que se gradúa en 1922 como alférez.
Destinado al Grupo de Regulares Indígenas de Tetuán nº 1, toma parte en la Guerra del Rif, donde por méritos de guerra consigue el grado de teniente. En 1925 tiene lugar el desembarco de Alhucemas, que precipita el final de la guerra, y Castillo es destinado a la península, al Regimiento de Infantería de Alcalá de Henares.
Con la proclamación de la II República , pasa a formar parte de la Guardia Civil. Comienza a concienciarse políticamente, llegando a tener ideas socialistas. Durante la Revolución del 34 en Asturias, es mandando en un regimiento hacia Villaviciosa, donde se niega a disparar alegando que “Yo me niego a tirar contra el pueblo”. Se le somete a un consejo de guerra y a un año de cárcel.
Tras el triunfo del Frente Popular en 1936, solicita su pase a la Guardia de Asalto. Su ingreso en este cuerpo se produce el 12 de marzo de dicho año, siendo destinado a la 2ª Compañía de Especialidades, con base en Madrid, en el cuartel de Pontejos (ubicado en la Plaza de Pontejos), junto a la sede del Ministerio de la Gobernación. En este tiempo se están produciendo continuos y violentos enfrentamientos entre militantes de izquierda y de derecha, especialmente falangistas y carlistas, así como una ola de atentados contra los militares pertenecientes a la Unión Militar Republicana Antifascista (UMRA) a la que Castillo se había afiliado tras salir de prisión y desde la que le fue encargada la instrucción de las milicias de las Juventudes Socialistas.
Durante las manifestaciones por el quinto aniversario de la República, el teniente Castillo muere el Guardia Civil de los Reyes, lo que hace que la derecha se envalentone aún más. El día de su entierro, muere, por disparos de uno de los hombres de la sección de Castillo, Andrés Sáenz de Heredia, primo del fundador de la Falange José Antonio Primo de Rivera. El tiente Castillo es linchado a palos por los asistentes. Recibe amenazas de muerte en los siguientes y dos intentos de asesinato.
Así las cosas, el 12 de julio, tras asistir a los toros, es advertido por una militante socialista de que corren rumores de que esa noche se va a atentar contra su vida, pero Castillo, tras dar un paseo con su esposa, con la que se había casado el 20 de mayo, decide incorporarse a su puesto como cada día. No obstante, a las diez de la noche, cuando dobla la esquina de la calle Augusto Figueroa con Fuencarral, para encaminarse al cuartel, cuatro pistoleros de extrema derecha (carlistas pertenecientes al Tercio de requetés de Madrid, según el historiador Ian Gibson, o falangistas según otros autores como Paul Preston), le disparan sin darle tiempo a sacar su arma reglamentaria. Auxiliado por el periodista Juan de Dios Fernández Cruz, que casualmente pasaba por el lugar, es trasladado a una casa de socorro cercana donde ingresa cadáver.
Su asesinato vil provocó la reacción de sus compañeros de armas. Y al día siguiente, sería asesinado Calvo Sotelo a manos de la Guardia de Asalto. Lo que sería la excusa perfecta para los militares para actuar y realizar el Golpe de Estado.
Programa 16 – Antonio Maestre, elecciones y memoria histórica
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Autor: Pablo Alcántara
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