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Una madre a la que le robaron sus hijos en la clínica Santa Cristina, en la que trabajaba la leonesa Sor María, logra tres nuevas imputaciones
leonoticias.com 30/04/2013
La sombra de Sor María, la monja leonesa a la que insistentemente se ha relacionado con los casos de bebés robados, sigue presente. Es así por el empeño de una de las madres que pasaron por sus manos, y que 'en el camino' perdieron a sus hijos.
En esta ocasión Purificación Betegón, una de las madres afectadas, es la que ha conseguido ir 'más allá' en su denuncia y en la lucha por recuperar la verdad. Con su empeño ha logrado que el titular del juzgado número 50 de Madrid llame a declarar en calidad de imputados al director de la clínica Santa Cristina de Madrid en 1981, José Zamarriego, y a los jefes de neonatología Ignacio Villa Elizaga y Ceferino de la Calle Contreras para el próximo 27 de mayo, según informa El País.
Todos ellos formaban parte del equipo que en los años 80 coincidió en el tiempo con Sor María ejerciendo en el citado centro.
Purificación Betegón mantiene que en su calendario siempre ha figurado en rojo la fecha del 23 de febrero de 1981. Fue en esa jornada cuando dio a luz a gemelas.
Pero sus hijas nunca estuvieron a su lado. "Sor María me dijo que era mejor que diera a mis hijas en adopción. Que yo era muy joven y que ellas estarían mejor con una familia. Yo le respondí que no tenía ni idea de mi vida y ningún derecho a decirme aquello. A los dos días, me comunicaron que una de mis pequeñas había muerto y después, la otra. Que se había estropeado la incubadora. Bajé corriendo a verlas y seguían allí. Entonces una enfermera me dijo que estaban muertas cerebralmente, ¡pero se movían! Y entonces me llamó sor María a su despacho para decirme cómo quería llamar a las niñas. Yo le dije que qué locura era aquella de decirme que estaban muertas y me contestó: ‘No te preocupes. Ha sido un error’. Le dije que mis hijas se llamaban Sherezade y Desiré. ‘Esos no son nombres cristianos’, me contestó. Cuando volví a pasar por la incubadora, mis hijas ya no estaban. Insistían en que habían muerto. Tardé 30 años en conseguir que me dieran mi historia clínica”, ha remarcado Betegón según informa El País.
Aquella documentación resultó determinante para que su caso se pudiera superar el archivo provisional de la fiscalía y fuera de nuevo reabierto. En aquellos papeles se puede leer un "Avisar a sor María", además de que como apellidos del padre y de la madre de las gemelas se pudiera leer 'sor María'.
Sor María, de algún modo, era la clave del puzzle. Pero finalmente la mala suerte propició que la monja se fuera al cielo con sus secretos. Ahora, sin su presencia, el titular del juzgado trata de aclarar aquellas desapariciones. Tras la sombra de sor María se encuentra la verdad.
En esta ocasión Purificación Betegón, una de las madres afectadas, es la que ha conseguido ir 'más allá' en su denuncia y en la lucha por recuperar la verdad. Con su empeño ha logrado que el titular del juzgado número 50 de Madrid llame a declarar en calidad de imputados al director de la clínica Santa Cristina de Madrid en 1981, José Zamarriego, y a los jefes de neonatología Ignacio Villa Elizaga y Ceferino de la Calle Contreras para el próximo 27 de mayo, según informa El País.
Todos ellos formaban parte del equipo que en los años 80 coincidió en el tiempo con Sor María ejerciendo en el citado centro.
Purificación Betegón mantiene que en su calendario siempre ha figurado en rojo la fecha del 23 de febrero de 1981. Fue en esa jornada cuando dio a luz a gemelas.
Pero sus hijas nunca estuvieron a su lado. "Sor María me dijo que era mejor que diera a mis hijas en adopción. Que yo era muy joven y que ellas estarían mejor con una familia. Yo le respondí que no tenía ni idea de mi vida y ningún derecho a decirme aquello. A los dos días, me comunicaron que una de mis pequeñas había muerto y después, la otra. Que se había estropeado la incubadora. Bajé corriendo a verlas y seguían allí. Entonces una enfermera me dijo que estaban muertas cerebralmente, ¡pero se movían! Y entonces me llamó sor María a su despacho para decirme cómo quería llamar a las niñas. Yo le dije que qué locura era aquella de decirme que estaban muertas y me contestó: ‘No te preocupes. Ha sido un error’. Le dije que mis hijas se llamaban Sherezade y Desiré. ‘Esos no son nombres cristianos’, me contestó. Cuando volví a pasar por la incubadora, mis hijas ya no estaban. Insistían en que habían muerto. Tardé 30 años en conseguir que me dieran mi historia clínica”, ha remarcado Betegón según informa El País.
Aquella documentación resultó determinante para que su caso se pudiera superar el archivo provisional de la fiscalía y fuera de nuevo reabierto. En aquellos papeles se puede leer un "Avisar a sor María", además de que como apellidos del padre y de la madre de las gemelas se pudiera leer 'sor María'.
Sor María, de algún modo, era la clave del puzzle. Pero finalmente la mala suerte propició que la monja se fuera al cielo con sus secretos. Ahora, sin su presencia, el titular del juzgado trata de aclarar aquellas desapariciones. Tras la sombra de sor María se encuentra la verdad.
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