“ EL SONIDO DEL SILENCIO”
Autor: Rafael
Espino Navarro
“Aquí,
nunca ocurrió nada...” Estas palabras han sido durante mucho mas de
cuarenta años el soporte oficial de una verdad tergiversada en esta localidad,
Aguilar de la Frontera, al igual que lo fueron también en cada rincón de este
país. Una verdad amparada en la más absoluta mentira, pues a partir del día 3
de mayo del año 2010, nuestros muertos comenzaron a aparecer, torturados y
hacinados en enterramientos clandestinos, confirmando con su aparición lo que
desde siempre nosotros, los familiares, hemos sabido, que “ … aquí si
ocurrió algo”.
El
sepelio de la primera persona encontrada e identificada, el día 28 de agosto
del 2010, congregó a multitud de personas, que también pudieron conocer y ver
de primera mano esa dolorosa verdad. Una verdad que comenzó a producir un
ruidoso sonido al silencio oficial, pues día tras día los desaparecidos que
comenzaron a ser encontrados nos gritaban, … nos reclamaban la liberación de su
memoria.
Todos,
los que estuvimos en aquel acto de entrega y los posteriores entendimos y
compartimos la esperanza de que mas tarde o mas temprano, ese sonido del
silencio, dejaría paso a la memoria y a la justicia, para que este país de una
vez por todas, deje de ser el santuario de la impunidad de los asesinos.
En
el día a día de las exhumaciones, cerca … muy cerca de los cuerpos, ... en el
interior de las fosas, donde se encontraban los cuerpos de personas asesinadas,
que aún continuaban maniatados, también en el mas absoluto silencio ...
absortos en nuestro trabajo, un sonido ensordecedor clamaba a grandes
voces ... “ que fue más fácil cometer los crímenes, que borrar sus
huellas”, para que se dejase paso a la verdad y a la memoria de esta
página silenciada de nuestra mas reciente historia.
Una
memoria, … que un día permaneció viva... y que clamó por la dignidad de todos
los hombres y mujeres que un día perdieron la vida, bajo la guadaña de la intolerancia
y la barbarie de sus propios vecinos. Acosados, detenidos, mutilados,
desaparecidos y asesinados.
Y
una verdad que nos sigue ayudando hoy a no perder jamás el rumbo, y a seguir
gritando y transmitiendo y pregonando ese estruendoso sonido del silencio que
algunos de nosotros encontramos en la búsqueda de sus cuerpos sin vida.
El
patrón de la violencia extrema, fue la desaparición de los adversarios
políticos e ideológicos, que llevó a asesinas masivamente a jornaleros y a
dirigentes obreros y sindicales, pero también lo fueron sus mujeres e hijos,
sus hermanos y padres, sus amigos y vecinos. Una violencia que jamás genero
persecución jurídica ni penal contra los asesinos que la practicaron
impunemente en un país que siempre rehuyó sus obligaciones estatales e
internacionales para investigarlas y castigarlas.
Gracias
a las familias y familiares de las victimas de este gran holocausto, que ha
pesar de los abrumadores sufrimientos recibidos durante décadas , jamás fueron
ni son seres pasivos y derrotados y que supieron transformar ese sufrimiento en
esperanza y sed de justicia, ese ... sonido del silencio se sigue amplificando
a pesar de todas las adversidades habidas y por haber.
Por
que ese sonido que resuena día a día aún en nuestras cabezas grita nuestra
verdad, ... la verdad callada, que ahora se ha convertido en la verdad del
silencio. Un silencio atronador, que nos sigue marcando el camino.
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