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LA SEVILLA OLVIDADA Y OCULTA DE LA REPRESIÓN.
El libro ‘Lugares de la memoria’ traza itinerarios por edificios, calles y plazas decisivos en el golpe militar y el desarrollo de la Guerra Civil y el franquismo
ELCORREOWEB.ES/ Horacio Raya / Sevilla / 29 nov 2015 / 15:36 h.
http://elcorreoweb.es/…/la-sevilla-olvidada-y-oculta-de-la-…
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Desde la Plaza Nueva hasta las calles y plazas de barrios como la Macarena, San Julián, San Luis, San Bernardo, Triana o Ciudad Jardín, Sevilla está jalonada de hitos, huellas y escenarios vinculados a la represión franquista y a la resistencia republicana que suelen pasar inadvertidos al viandante. «Lugares por los que pasamos 20 veces y que sin embargo no referenciamos con lo que allí sucedió», explicaba este pasado miércoles Rafael López, coordinador de la obra Lugares de la memoria (editada por Aconcagua Libros) durante su presentación en la Casa de la Provincia.
Un trabajo impulsado por la ya disuelta Asociación Andaluza Memoria Histórica y Justicia (AMHyJA) que propone «itinerarios» relacionados con el «golpe militar, represión y resistencia en Sevilla», como reza su subtítulo. No se trata de hacer un «inventario», señala el prólogo, pero sí de «traer al presente aquellos lugares que fueron decisivos en el golpe de Estado y en el desarrollo posterior de la Guerra Civil y el franquismo, y que han pasado desapercibidos para la mayoría de los que hoy paseamos por las calles de Sevilla».
Y el libro va, en este sentido, más allá de los Lugares de Memoria Histórica fijados e inscritos en un catálogo por el Gobierno andaluz en 2011, que en el caso de la provincia sevillana serían seis: la Casa de Blas Infante en Coria del Río, el lugar de su fusilamiento en el kilómetro 4 de la antigua carretera de Carmona, la Prisión Provincial de Ranilla, la comisaría de Jesús del Gran Poder, La Pañoleta y el Canal de los Presos.
De la Gavidia a la Alameda
Dos de los lugares más emblemáticos tienen que ver con el golpe militar y la batalla desarrollada en la Plaza Nueva –relatada en el despiece de la página derecha–: la plaza de la Gavidia y la Alameda de Hércules.
La sede de la Capitanía General de la II División Orgánica en la Gavidia, donde hoy se emplaza la Consejería de Justicia de la Junta, fue el lugar donde el general Queipo de Llano junto a un grupo de militares consumó el plan para hacerse con la ciudad sin apenas resistencia por parte de los republicanos; y, además, desde allí pronunció sus arengas a través de Unión Radio Sevilla y grabó el bando de guerra incitando a acabar con el enemigo. No en vano, la céntrica plaza ha sido estos años el lugar elegido por los colectivos memorialistas de la ciudad para reunirse los últimos sábados de cada mes para compartir sus inquietudes y reivindicar verdad, justicia y reparación para las víctimas de la guerra y de la represión franquista.
El extremo norte de la Alameda de Hércules, cerca de las columnas de los leones y de la Pila del Pato, era el lugar donde se ubicaba el cuartel de la Guardia de Asalto, donde unos 500 hombres constituyeron el único cuerpo armado que opuso resistencia a Queipo de Llano, pagando con su vida todos ellos la defensa de la República. Allí ya no queda rastro ni de la popular fuente –hoy en la plaza de San Leandro– ni del cuartel sede del Grupo 5º de la Guardia de Asalto.
Volviendo al entorno de la Plaza Nueva, en la vecina de San Francisco se hallaba la sede de la Audiencia Provincial (hoy de la Obra Social de Cajasol), donde los franquistas condenaron a muerte cientos de personas en los consejos de guerra sumarísimos por el procedimiento de urgencia, empezando por los casi 70 mineros onubenses capturados en La Pañoleta que venían a defender la legalidad republicana.
"En la prisión provincial fallecieron casi 500 personas de 1936 a 1954"
Desde la Audiencia partieron detenidas un sinfín de personas rumbo a la Prisión Provincial de Ranilla, inaugurada en 1934 y donde, cinco días después del golpe, se hacinaban 1.438 presos. De allí salieron muchos directamente para su ejecución, pero es que también en sus celdas fallecieron casi 500 entre 1936 y 1954 dadas las penosas condiciones de alimentación e higiene en que malvivían los encarcelados.
Más siniestra, sin duda, es la llamada comisaría de la calle Jesús del Gran Poder, antaño y también hoy residencia jesuita. Allí se ubicó la Delegación de Orden Público, donde se organizó la Brigadilla de Ejecuciones que acabó con la vida de muchos detenidos, también en las tapias del cementerio.
En la Macarena, las murallas fueron testigos del fusilamiento de unas 30 personas –varios mineros onubenses, los hermanos Burguete, el general Campins...–; en la plaza del Pumarejo se produjo el horrible asesinato de Isabel Atienza, madre del líder sindical Saturnino Barneto; y junto al Arco de la Macarena, el bombardeo de Casa Cornelio, símbolo anarquista y donde se alzó la Basílica en la posguerra. San Luis, San Julián, Triana... son otros barrios de la Sevilla resistente que esconden las huellas de la represión.
La plaza nueva, epicentro de la batalla decisiva.
El primer y decisivo enfrentamiento armado de la Guerra Civil se produjo en la Plaza Nueva y su entorno al mediodía del 18 de julio de 1936, cuando los golpistas se hicieron en unas horas con tres edificios emblemáticos de la ciudad: el de la Telefónica, el hotel Inglaterra y el Gobierno Civil sito a la espalda del hotel, en la actual calle Madrid (entonces denominada Méndez Bejarano), apresando a José María Varela, último gobernador civil republicano, en una jornada que concluiría con Gonzalo Queipo de Llano al frente de las instituciones y Sevilla convertida en la base de retaguardia franquista en el sur.
A las dos y media de ese fatídico día, una columna de artillería parte, ordenada por Queipo de Llano, del cuartel de la División ubicado en la Plaza de la Gavidia y a su paso por la plaza del Duque declara el estado de guerra, si bien es pasadas las tres y media cuando se abre fuego en la Plaza Nueva. Poco a poco la batalla se decanta a favor de los insurgentes, que llegan hasta los laterales del Ayuntamiento. El último alcalde republicano de Sevilla, Horacio Hermoso, no opone resistencia y ordena abrir las puertas del Consistorio a las tropas del comandante Francisco Núñez. Como tantos, sería fusilado sin juicio el 29 de septiembre.
La contienda la acabaron decidiendo 104 artlleros que, tomando el Ayuntamiento, desplegaron dos cañones contra las últimas posiciones de las fuerzas leales al Gobierno. Uno de ellos apuntaba al edificio de Telefónica, donde fue abatido el teniente de asalto Ignacio Alonso; el otro sacude 14 cañonazos sobre el hotel Inglaterra, donde resistían los milicianos. A las ocho de la tarde, el gobernador Varela ofrece su rendición.
El libro señala estos <> que aún siguen en pie: el edificio de la Telefónica, obra cumbre del neobarroco, donde hasta aún son visibles los impactos de metralla; el hotel Inglaterra, cuya fachada resistió los ataques y estuvo en pie hasta que en 1967 fue remozada; y el número 4 de la calle Méndez Bejarano, llamada Madrid desde que en 2008 hubiera un cambio masivo de nombres on referencias franquistas.
Otros Lugares:
HOTEL SIMÓN
Ubicado en la calle García de Vinuesa, fue lugar de residencia de Queio de Llano en sus venidas a Sevilla. Desde allí salió precisamente a la una de la tarde del 18 de julio rumbo a la plaza de la Gavidia, donde estaba la sede de la División.
KILLÓMETRO CUATRO DE LA ANTIGUA CARRETERA DE CARMONA
En la actual intersección entre la ronda SE-30 y Kansas City fueron fusilados en la madruga del 10 al 11 de agosto de 1936 personajes de la política republicana tras sacarlos de la cárcel improvisada en el cine Jauregui, entre ellos Blas Infante, padre de la patria andaluza.
CAMPO DE CONCENTRACION “EL COLECTOR”, EN HELIOPOLIS.
En julio de 1937, el Ayuntamiento encargó a la empresa Entrecanales y Távora la construcción de una gran tubería que llevara los vertidos más allá de la exclusa. Una labor para la que se escogieron 250 presos, que trabajaron en el campo ubicado en la margen izquierda de la Corta de Tablada (junto al actual puente del Quinto Centenerio). Funcionó hasta 1941.
EL BUQUE CABO CARVOEIRO
Este buque de la naviera Ybarra fue utilizado como anexo a la prisión de Ranilla entre julio y diciembre de 1936. Atracado en los muelles de las Delicias y la Paja, por su bodegas pudo pasar un millar de presos a lo largo de estos cuatro meses.
EL CANAL DE LOS PRESOS
Con la excusa de la redención de penas por el trabajo, varios miles de presos políticos fueron sometidos a un régimen de trabajos forzados en la construcción del canal del bajo Guadalquivir, una enorme obra hidráulica de más de 150 Kms. De longitud, desde Peñaflor hasta las cercanías de Trebujena. En los barrios de Torrebllanca o Bellavista aún hay referencias expresas al <>.
LA COMANDANCIA DE MARINA
Diseñado para albergar el Pabellón de la Marina en la Exposición Iberoamericana de 1929, este edificio regionalista convertido años después en la sede de la Comandancia de Marina –en la avenida de Moliní- se utilizó tras el golpe militar como una de las prisiones en las que se encerró a los militares republicanos antes de enviarlos al paredón.
EL CUARTEL DE LA CALZADA
Este edificio, también construido para la Expo del 29, era un cuartel de la Guardia Civil en el barrio de la Calzada y también sería utilizado como prisión por los militares golpistas. Fue conocido como <>, supuestamente por las palizas que recibían los presos.
TEATRO CINE JAUREGUI
Este cine, después llamado Rialto, también fue convertido en improvisada prisión en 1936y de hecho por ella pasó Blas Infante ocho días antes de ser asesinado en la carretera de Carmona.
TEATRO VARIEDADES
Este cabaret, situado en la calle Trajano, también fue habilitado como prisión durante la guerra por orden del capitán Manuel Díaz Criado, mano derecha de Queipo.
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