dilluns, 30 de novembre del 2015

La presidenta de la Asociación de Memoria Histórica de Tenerife recuerda que el gobierno local está incumpliendo la ley y que debe retirar el homenaje a Franco de la Rambla.


http://eldia.es/santacruz/2015-11-30/2-Perez-Schwartz-Santa-Cruz-es-ciudad-abierta-franquista.htm


Pérez Schwartz: "Santa Cruz es una ciudad abierta no franquista"


L.C., S/C de Tenerife 
30/nov/15 06:26 
Edición impresa
 La presidenta de la Asociación de Memoria Histórica de Tenerife, Mercedes Pérez Schwartz, defendió que Santa Cruz era una ciudad abierta y democrática y que como tal debía sustituir el nombre de calles franquistas y retirar el monumento-homenaje a Franco que se encuentra al final de la Rambla.
La nieta del que fuera último alcalde de republicano de Santa Cruz de Tenerife no considera que la capital sea franquista y, por ese motivo, esté conforme con su callejero o con la estatua. "En todo caso lo son sus dirigentes, en último caso", dijo, en referencia al hecho de que la Comisión por la Memoria Histórica creada en la época de Zerolo no se haya reunido nunca. "Nadie va a montar una manifestación porque retiren el homenaje a Franco y lo lleven al Museo de Almeida", apostilló.
La última comparencia sobre el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, solicitada por Ramón Trujillo (edil de Izquierda Unida Canarias) fue, como poco, una muestra de desidia municipal hacia el tema. El concejal de Urbanismo, Carlos Garcinuño, dijo que él no era el competente y nadie del grupo de gobierno compareció sobre este asunto, ante la estupefacción de los concejales de la oposición presentes en la Comisión de Control.
Lo último que se hizo en cumplimiento de la Ley de la Memoria Histórica lleva el sello del exalcalde Miguel Zerolo, que cambió el nombre de nueve calles y dejó 95 pendientes. Desde que tomara posesión en 2011 el alcalde José Manuel Bermúdez (CC), no han cambiado ni un solo nombre.
"Si no se cumple la ley es prevaricación", recuerda Pérez Schwartz, que reflexiona sobre el "poder moral" que tiene "una administración que incumple la ley para hacérsela cumplir a otro".
Desde la Asociación por la Memoria Histórica en Tenerife recuerdan que desde que se promulgó la ley ha habido tiempo de sobra de cambiar calles.
La única alegría en este aspecto se la ha dado el consejero de Medio Ambiente del Cabildo, José Antonio Valbuena, que ha tirado el monolito de Las Raíces en un tiempo récord, a pesar de que la institución insular había aprobado una moción al respecto en 2008. "Es un hecho sin precedentes", explicó Pérez Schwart satisfecha. "No se puede dar honores a los responsables de una guerra entre hermanos que en Canarias fue un auténtico genocidio", añadió.
Por todo esto, reivindica que Canarias tenga su propia Ley de Memoria Histórica, como Andalucía, que establezca sanciones a los municipios que deciden no hacer nada, como Santa Cruz. Una ley para garantizar que los que colaboraron en la dictadura no sigan disfrutando de honores en forma de calles con sus nombres.
Y Domingo López Torres, aún sin su homenaje 
Sí se Puede recordó recientemente que mientras que el grupo de gobierno del Ayuntamiento de Santa Cruz ha decidido no hacer nada con el callejero franquista, hay asesinados en la Guerra Civil cuyos honores han caído en el olvido.
Es el caso del concejal de la II República y poeta Domingo López Torres, que tras el golpe de Estado de 1936 fue encerrado en el campo de concentración de Fyffes para, en febrero de 1937, sacarlo de allí y arrojarlo al mar enfundado en un saco, cuando solo contaba con 29 años.
El consistorio aprobó por unanimidad en el pleno de febrero de 2012 rendirle homenaje, pero se rechazó la propuesta de Sí se Puede de que se cambiara el nombre de la plaza de las Víctimas del Terrorismo por el de Domingo López Torres.
Desde entonces (y va para cuatro años ya), el cumplimiento de esta moción ha caído en el olvido. De hecho, ni siquiera está el acta de este pleno colgada en la página web municipal. Como si ese pleno y su moción sobre Domingo López Torres hubieran sido lanzados al mar con la misma impunidad.