dimarts, 3 de novembre del 2015

Las huellas del franquismo en Burgos


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A pesar del cambio de nombres de calles abordado por Olivares en 1999, la ciudad todavía conserva símbolos y homenajes a figuras vinculadas con el franquismo
Las dos placas en conmemoración del General Juan Yagüe son las más polémicas


Las huellas del franquismo en BurgosPlaca conmemorativa ubicada en la Barriada Yagüe. JAQ
La polémica suscitada por la cesión del Teatro Principal a la Fundación María Eugenia Yagüe para la celebración de un acto de homenaje a las víctimas del terrorismo, unida a la exigencia efectuada hace apenas unas jornadas por el PSOE para que se retire la placa conmemorativa del General Yagüe ubicada desde hace décadas las instalaciones del estadio municipal de El Plantío, ha devuelto a la actualidad eldebate en torno al mantenimiento de los símbolos vinculados con el franquismo.
En 1999 se cambiaron muchos nombres de calles del franquismo y en 2008 se retiró el apelativo de ‘Capital de la Cruzada’
Qué duda cabe que los estrechos lazos mantenidos durante décadas entre la antigua ‘Capital de la Cruzada’ -título que desapareció en 2008 por mandato plenario municipal -y el régimen de Franco tuvo su efecto directo en la confección de la ciudad moderna, cuyos espacios se organizaron, en muchos casos, en función de una suerte de homenaje a figuras vinculadas al franquismo que poco a poco han ido desapareciendo.
La Ley de Memoria Histórica, aprobada por el Ejecutivo de Zapatero en 2007, establece en su artículo el artículo 15.1 que “las Administraciones Públicas, en ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas, de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura”. Sin embargo, aún hoy quedan algunas reminiscencias del régimen franquista en espacios públicos de la ciudad, algunas de las cuales podrían entrar en contradicción con lo establecido en la normativa según la interpretación que se realice de ésta.
Sin duda, el principal protagonista de esta situación es el General Juan Yagüe. El que fuera uno de los principales prohombres del régimen mantiene una presencia constante en la idiosincrasia burgalesa. Prueba de ello es, no sólo la polémica placa de El Plantío, sino la propia denominación de varios espacios de la ciudad. El antiguo hospital, que aún está pendiente de derribo, todavía lleva su nombre, así como un barrio entero. De hecho, en el centro de la Barriada Yagüe hay una fuente presidida por una placa fechada en junio de 1953 en la que además de tratar al general como “excelentísimo”, lo califica de “protector” de la zona.

Gobernadores y alcaldes

En una situación similar se encuentran varias calles de la capital, que aún conservan los nombres de personajes vinculados en mayor o menor medida al franquismo. En ese contexto histórico se encuentran la avenida Eladio Perlado, quien fuera gobernador civil de la provincia entre 1964 y 1969, así como miembro destacado del Movimiento, y la calle Julio Sáez de la Hoya, considerado durante años la primera víctima del bando nacional tras el Alzamiento. En realidad, las crónicas históricas indican que Sáez de la Hoya, muerto en Pancorbo en las primeras horas tras el golpe militar, no fue el ‘primer caído’, sin embargo, su nombre se convirtió en todo un símbolo para el bando nacional. También lo fue, por cierto, el de Máximo Nebreda, otro de los ‘primeros caídos’, en este caso tiroteado por error en La Mazorra, quien da nombre a la pequeña barriada situada junto al Bulevar.
Honorato Martín Cobos y Fernando Dancausa fueron alcaldes en época franquista y figuras clave del Movimiento
En el polígono industrial de Villalonquéjar se esconde un pequeño homenaje que muchos desconocen, ya que la calle López Bravo, principal arteria de la zona industrial, lleva el nombre del que fuera ministro de Industria y Asuntos Exterioresentre 1962 y 1973. Gregorio López-Bravo, que falleció en febrero de 1985 en el accidente aéreo del vuelo 610 de Iberia, fue uno de los parlamentarios más críticos con la Constitución del 78′. De hecho, el entonces diputado por Alianza Popular devolvió el acta el mismo día en el que se ratificó la Carta Magna.
También la principal arteria del otro gran polígono de la ciudad, el de Gamonal, lleva el nombre de una figura clave para el régimen franquista en Burgos: Honorato Martín Cobos. Eso sí, en esta ocasión, el homenaje lleva el añadido de Alcalde, por cuanto que era el primer edil burgalés cuando el Gobierno de Franco concedió el Polo de Desarrollo. Previamente, Martín Cobos participó en la Guerra Civil como enlace con el General Mola -que también mantiene una fuerte vinculación con Burgos- y se le considera una pieza clave en la trama civil previa al Alzamiento del 18 de julio del 36′. También fue presidente de la Diputación Provincial de Burgos y Gobernador Civil de Las Palmas de Gran Canaria.
Su sustituto al frente de la Alcaldeía, Fernando Dancausa, también le da nombre a una calle en Gamonal. En este caso, Dancausa también fue un político ligado durante buena parte de su carrera al Movimiento y participó activamente en la creación de la Fundación Francisco Franco, constituida para difundir la imagen del dictador.

Últimos supervivientes

Estos últimos homenajes, que permanecen inalterables a pesar de situarse en el siempre fangoso terreno situado entre la historia y la recuperación de la dignidad de las víctimas del franquismo, son apenas una reminiscencia de los numerosos panegíricos que rindió la ciudad al régimen de Franco durante décadas.
El Gobierno Municipal de Ángel Olivares aprobó el cambio de nombre de numerosas calles
En la memoria colectiva aún perdura el antiguo nombre de vías como la Avenida de la Paz (General Yagüe), la Avenida de Cantabria (General Vigón), la Avenida del Arlanzón (General Sanjurjo), el Paseo de la Isla (Avenida del Generalísmo), la calle Progreso (General Mola), la calle del Doctor Fleming (Héroes de la División Azul) o la propia Plaza Mayor (Plaza de José Antonio).Todos estos espacios fueron rebautizados en 1999 por mandato del entonces gobierno municipal del socialista Ángel Olivares, una decisión que trajo polémica. Cómo todo lo referente a la Memoria Histórica.
Además de ellos, también han ido desapareciendo de la ciudad durante años otros homenajes, como el nombre del colegio Río Arlanzón (antiguamente Generalísimo) o la enorme placa en recuerdo de José Antonio Primo de Rivera -fundador del Movimiento Español Sindicalista y autor de buena parte del ideario adoptado por el régimen franquista- que durante años presidió la escalinata de la puerta del Sarmental de la Catedral de Burgos y cuyos restos aún son visibles hoy en día.
Reportaje fotográfico a cargo de Jousé Acosta